Primavera, martes 5 de mayo del 2020
Mi carta va dirigida a vosotros padres:
El confinamiento a
raíz del Covid-19 ha puesto a las familias en una situación
excepcional, la de pasar las veinticuatro horas juntos, en casa. Una situación agobiante,
pero, también, una oportunidad de pasar un difícil examen familiar en el que no
hace falta sacar un sobresaliente: con un aprobado, basta.
Tanto tiempo en
casa, con los hijos. Ejerciendo de padres, madres, profesores, cuidadores,
policías, amigos… las veinticuatro horas del día. E informarles de lo que
ocurre sin causarles pánico ni angustia. Todo un reto haciendo en ocasiones
también de psicólogos.
Sin apenas
poder salir y con la incertidumbre sobrevolando nuestras vidas. La perspectiva,
no nos vamos a engañar, es dura. Para empezar, porque la situación obliga a
cambiar, drásticamente, de ritmo. En general, hoy los padres estamos poco en
casa con los hijos. Todo está muy guiado y pautado y nos limitamos a diseñar o
acompañarlos a las muchas actividades programadas.
La primera
emoción por gestionar será la sensación de agobio, que surgirá a menudo, en
menores y adultos. La clave es no agobiarse cuando el hijo diga ¡me aburro.
Esta frase va a ser pronunciada decenas de veces durante el confinamiento y por
ello conviene recordar dos cosas: que –incluso en estas circunstancias– los
padres no somos responsables a tiempo completo del ocio de nuestros hijos. Y
que el aburrimiento puede ser positivo, porque este estado puede propulsar la
ansiada creatividad.
La paciencia
será también muy necesaria y darnos espacios individuales. Las rutinas y las
pequeñas obligaciones son básicas para mantener la armonía. Diseñar un horario y
ordenando la vida familiar que no hace falta que sea muy estricto ni exactamente
igual para todos. Las rutinas pueden incluir gimnasia, baile, limpieza en familia,
tiempo para manualidades, para ver una película y para juegos de mesa, para
tareas escolares…
También
sabemos que casa familia vive situaciones muy diversas, como por ejemplo
progenitores a los que al agobio de estar confinados con las criaturas se les
añade el de tener que teletrabajar o los que trabajan los dos y tienen que
cuidar de sus hijos...Tenemos que
conformarnos con conseguir pequeñas cosas día a día. Las familias estáis
haciendo lo que podéis con los recursos que tenéis. Y yo solo puedo decir:
¡Ánimos!, estoy seguro de que lo estáis haciendo muy bien”.
Vamos,
valientes, estamos esperando con esperanza e ilusión a que estemos pronto en el
cole. Somos muchos los que pensamos en la situación que se ha generado, y
estamos seguros de que pronto pasará, y entonces nos alegraremos mucho juntos.
Ánimo a todos y nuestro abrazo, desde el claustro de profesores. Se puede, sí,
se puede. Valientes.
Un fuerte
abrazo y un beso para todos.
Belén.
¡Este es mi reto, chicos y chicas animaros!
Muchísimas gracias a ti Belén. Ánimo a todos.Ya queda menos. Un bsin
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